Hogueras de San Juan en Alicante
Para continuar con este junio tan movido que estoy teniendo, el viernes pasado volví a la estación de tren, esa que ya es casi como mi segunda casa. El destino era esta vez Alicante y la posada la casa de Sandra.
Tras un pequeño incidente llegamos con más de veinte minutos de retraso, no es tanto considerando que el último viaje había sido de más de una hora (Renfe es así a veces). Pero bueno, lo importante es llegar, eso es cierto.
La primera noche salí con Sandra y sus amigas, a algunas de las cuales hacía tanto que no las veía que les ha dado tiempo a casarse como poco. Lo que no entiendo es por qué nos han amenazado de no volvernos a juntar hasta la boda con el sacamuelas. No lo entiendo, con lo prudentes que somos.
Supe lo que era un racó, algo diferente.Por la mañana y tras la visita a Elche como manda la tradición, desembarcaron las tres mosqueteras, JB, Sonieta y Toñiki. Y allí que nos fuimos las cinco criaturitas, a ver las hogueras para terminar escuchando la mascletá.
Una de nosotras, por ejemplo, una misma, casi acaba en peregrinación y es que "Manolete, si no sabes torear ¿pa qué te metes?".
La playa es la playa y aunque hiciera viento y hubiera bandera roja, pues la pisamos, es la tradición aunque nos adelantamos a la medianoche.
Esa noche entre bailes sandungueros, pachangueros, algún que otro rato apoyando las posaderas en la silla, también las hubo que pudieron salir de allí por la puerta grande... ¿o me equivoco?
Y si otra cosa no, nos reimos con el par de dos.
Acabamos yéndonos a dormir de día.
Esa noche siempre me acuerdo de los rastrojos y los pirulitos en Calañas. Y es que en cada sitio hay tradiciones que no deben perderse y que deberíamos conocer. Culturilla general.
A ver si tenemos pronto noticias del sacamuelas, de mi primo, del salao ... hacedlo por nosotras. Queremos volver a ir allí pero para ver a la anfitriona vestida con el traje típico, con todos mis respetos, por supuesto.
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