murciélagos en la ventana

Esta página supone un cambio de etapa y quiere reflejar el antes y el después de esos maravillosos años. Me gustaría hablar de un gran tesoro, mis amigos, y esta es una forma original de inmortalizarlos.

15 noviembre 2009


La cena de Navidad

Sé que faltan varias semanas para Navidad pero, independientemente de las luces de El Corte Inglés y de su lotería a la que soy asidua, ya se empiezan a convocar para las cenas.

¿Por qué suelto esto ahora? El pasado fin de semana abrí por casualidad las fotos de la cena del 2003, ¡qué tiempos aquellos! Qué cerca y qué lejos queda.
No voy a decir que siempre íbamos los mismos porque no sería cierto, lo mismo éramos diez que nos presentábamos cincuenta y no exagero. Pasamos, entre otros, por un chino, por La Cigala de Oro, por aquel sitio en San Eloy, por aquel otro en El Juncal y, como no, por el mítico y preferido de Perico, La Espadaña.
Fueron bastantes cenas juntos, las echo de menos.

Y luego el fin de fiesta en ese lugar de moda y al que siempre acudía mucha gente precisamente cuando nosotros no íbamos, bueno, salvo esa noche que nosotros solitos lo llenábamos con creces. Quizá DJ Peonza deba este nombre al Chile.
Si hay algo que no puedo olvidar es a Pepe y a Míchel escapándose del coche de Manu, a Hilario en la puerta, al Oso con el licor de mora, al rubito y al chino haciendo de las suyas, a Paco haciendo cualquiera de sus gritos, a Andrew guardando su sitio en la barra, a Jincho con sus historias, a Extra y a todos los dem'as…

Lo mismo si esas paredes hablaran no nos echarían de menos o tal vez sí. Yo seguro que sí.

Y hoy he estado con Alfonso, no hemos hablado de las cenas de Navidad pero sí de la gente con la que hacía mi otra cena de navidad sevillana, mi grupete de los informáticos, Ale, José Maria, Fran, Alfonso, Ana y yo, algo más reducido pero también con su encanto.


Pues si de Sevilla han pasado años, de las reuniones de Calañas más aún. Aquellas míticas concentraciones, ya ni me acuerdo de todas las casas que se alquilaron, al lado del Génesis, al lado del bar del padre de Cristóbal, en frente de Rosalía… ¡Cuántas fueron! En una de esas reuniones fue cuando apareció la figura del “Profe”, ¿alguien se acuerda?

08 noviembre 2009


Hacer o no hacer

En la vida hay situaciones que te hacen replantearte situaciones que hasta el momento tomabas como naturales o, quizá todo lo contrario, como imposibles.
Las situaciones a las que me refiero pueden ser de lo más cotidianas (entiéndase por el contrario inusuales).

¿Por qué hay que hacer las cosas cuando “se supone” que deben ser y no cuando se quiere que sean? ¿Por qué hacerlo en este preciso momento? ¿Por qué se debe hacer lo que se espera que hagamos aunque eso sea precisamente no hacer nada?

Quizá haya alguien leyendo esto (se me ocurre un nombre) que se está preguntando por qué escribo algo tan "ambiguo" y a quién se referirá. Esta vez no doy nombres. Y habría varios que dar, unos por hacer lo que no “se espera” que hagan y otros por no hacer lo que “se espera” que hagan.

No debemos ser los demás quienes os digamos cómo actuar. Para eso ya estáis vosotros. Nosotros estamos para equivocarnos con vuestras decisiones cuando no sean las mejores y para celebrarlas cuando sean positivas. Pero hacedlo, pese a todo y le pese a quien le pese. De todo se aprende y de lo que duele más.

Para muestra un botón, empezar un texto leyendo “En la vida hay situaciones que” te da que pensar que van a soltar un rollo de narices. Quizá. Lo que sí que es cierto, que si no se lee no se averigua, si es que hay algo que averiguar.

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