La cena de Navidad
Sé que faltan varias semanas para Navidad pero, independientemente de las luces de El Corte Inglés y de su lotería a la que soy asidua, ya se empiezan a convocar para las cenas.
¿Por qué suelto esto ahora? El pasado fin de semana abrí por casualidad las fotos de la cena del 2003, ¡qué tiempos aquellos! Qué cerca y qué lejos queda.
No voy a decir que siempre íbamos los mismos porque no sería cierto, lo mismo éramos diez que nos presentábamos cincuenta y no exagero. Pasamos, entre otros, por un chino, por La Cigala de Oro, por aquel sitio en San Eloy, por aquel otro en El Juncal y, como no, por el mítico y preferido de Perico, La Espadaña.
Fueron bastantes cenas juntos, las echo de menos.
Y luego el fin de fiesta en ese lugar de moda y al que siempre acudía mucha gente precisamente cuando nosotros no íbamos, bueno, salvo esa noche que nosotros solitos lo llenábamos con creces. Quizá DJ Peonza deba este nombre al Chile.
¿Por qué suelto esto ahora? El pasado fin de semana abrí por casualidad las fotos de la cena del 2003, ¡qué tiempos aquellos! Qué cerca y qué lejos queda.
No voy a decir que siempre íbamos los mismos porque no sería cierto, lo mismo éramos diez que nos presentábamos cincuenta y no exagero. Pasamos, entre otros, por un chino, por La Cigala de Oro, por aquel sitio en San Eloy, por aquel otro en El Juncal y, como no, por el mítico y preferido de Perico, La Espadaña.
Fueron bastantes cenas juntos, las echo de menos.
Y luego el fin de fiesta en ese lugar de moda y al que siempre acudía mucha gente precisamente cuando nosotros no íbamos, bueno, salvo esa noche que nosotros solitos lo llenábamos con creces. Quizá DJ Peonza deba este nombre al Chile.
Si hay algo que no puedo olvidar es a Pepe y a Míchel escapándose del coche de Manu, a Hilario en la puerta, al Oso con el licor de mora, al rubito y al chino haciendo de las suyas, a Paco haciendo cualquiera de sus gritos, a Andrew guardando su sitio en la barra, a Jincho con sus historias, a Extra y a todos los dem'as…
Lo mismo si esas paredes hablaran no nos echarían de menos o tal vez sí. Yo seguro que sí.
Lo mismo si esas paredes hablaran no nos echarían de menos o tal vez sí. Yo seguro que sí.
Y hoy he estado con Alfonso, no hemos hablado de las cenas de Navidad pero sí de la gente con la que hacía mi otra cena de navidad sevillana, mi grupete de los informáticos, Ale, José Maria, Fran, Alfonso, Ana y yo, algo más reducido pero también con su encanto.
Pues si de Sevilla han pasado años, de las reuniones de Calañas más aún. Aquellas míticas concentraciones, ya ni me acuerdo de todas las casas que se alquilaron, al lado del Génesis, al lado del bar del padre de Cristóbal, en frente de Rosalía… ¡Cuántas fueron! En una de esas reuniones fue cuando apareció la figura del “Profe”, ¿alguien se acuerda?