murciélagos en la ventana

Esta página supone un cambio de etapa y quiere reflejar el antes y el después de esos maravillosos años. Me gustaría hablar de un gran tesoro, mis amigos, y esta es una forma original de inmortalizarlos.

19 diciembre 2008

El pascuelo

Nunca imaginé cuanto te echaría de menos.
Nunca supe lo que me dolería no tenerte cerca.
Nunca creí que este momento llegaría.
Nunca supiste.
¿Por qué ahora? Eso nadie lo sabe.
Desahogo el dolor en lágrimas, eso consuela.
Inundo la mente.
Me gustaría estar cerca de ti, escucharte y acompañarte. Eso lo sabes.
Lo siento mucho.

09 diciembre 2008



De vacaciones

Por una vez voy a ser mala, bueno, no mala de perversa sino mala de malilla.
He tenido a mis murciélagos desatendidos unos días porque estaba de vacaciones. Sé que no es lo típico irse a principios de diciembre pero alguna ventaje debe tener no haberlas disfrutado antes.

Y con todos mis respetos al turismo nacional, del cual soy asidua, esta vez he cruzado fronteras y el charco pequeño. Los destinos elegidos han sido Jordania y Siria.
¿Por qué? Como diría mi profesor de filosofía de COU, el cual no me caía nada bien, ¿y por qué no?

La primera parada fue Amman, la cual no vimos en profundidad.
El primer día fue Madaba, Monte Nebo y Mar Muerto.
A quien le gusten los mosaicos en Madaba hay uno enorme del mapa más antiguo de Oriente Medio del que se tiene constancia.

La gran atracción de Monte Nebo es una iglesia que casualmente está en obras pero nos quedamos con la panorámica espectacular del Mar Muerto, el río Jordán, Jericó… Hay que verlo.
Y por supuesto si vas hasta allí hay que bañarse en el Mar Muerto. No es que se pueda andar sobre las aguas pero sí que se nota que se flota y que es difícil sumergirse.


El segundo día fue la visita a Petra. La visita a Jordania está justificada sólo por el hecho de ver Petra. Me recuerda mucho a mi pueblo, salvando las distancias, el color de la tierra, las cuevas, la rambla… pero allí tienen el Siq, el desfiladero que acaba en el Tesoro, la insignia por excelencia de Petra. Pero ahí no se acaba la visita, hay mucho más, tumbas, un teatro, un mercado, restos de unos baños... Y si aún quedan fuerzas y te apetece subir unos 850 escalones se llega al Templo. Un poco más arriba hay unas vistas impresionantes. Me quedé sin batería a esas alturas y todavía no me han pasado fotos de ese punto.
Por la noche volvimos al tesoro, la iluminación eran miles de velas a lo largo de todo el camino, para asistir allí a un concierto de flauta y de “akibaba” o algo así.


Al día siguiente fuimos al desierto de Wadi Rum. Un paseo en 4x4 por las arenas donde se forjó la leyenda de Lawrence de Arabia. El vehículo era para verlo. Sin palabras.


De ahí pasamos a Siria, Aleppo, la basílica de San Simeón (un hombre que según cuenta la leyenda estuvo 42 años subido a una piedra predicando, ya hay que tener ganas).


Crack de los Caballeros en su época era un gran castillo capaz de albergar unos 4000 soldados, hoy necesita una restauración para parecerse a lo que fue.


Palmira hoy día no es la sombra de lo que fue, tuvo que ser magnífica hace miles de años porque hoy quedan las ruinas, no demasiado bien conservadas.


La última etapa del viaje fue Damasco. Nosotros vimos una convivencia pacífica entre musulmanes, judíos y cristianos. Aunque hay algo que nunca entenderé de la vida allí.


Pero esa es otra historia.

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