murciélagos en la ventana

Esta página supone un cambio de etapa y quiere reflejar el antes y el después de esos maravillosos años. Me gustaría hablar de un gran tesoro, mis amigos, y esta es una forma original de inmortalizarlos.

23 enero 2007

Cómo NO hemos cambiado
Hoy voy a hacer un cambio en el contenido del blog, cambiamos el post descriptivo de alguien concreto para comentar un tema que posiblemente será descriptivo de más de una y más de dos.

Hace un par de días estuve hablando con dos compañeros sobre las relaciones chico-chica, hombre-mujer o como queramos definirlo. Es curioso pero esa conversación la he vivido muchas veces en mi vida, da igual la edad que nuestro dni diga que tenemos, hay cosas que no evolucionan mucho.

Recuerdo mis años mozos, tampoco es que haya pasado mucho desde entonces pero realmente sí ha llovido algunas veces, incluso en Almería. Cuando la adolescencia llega, los amigos empiezan a ser el centro de tu vida, cualquier cosa que te pase es el centro de conversaciones trascendentales con tus confidentes y puedes pasar horas y horas hablando de ese ser maravilloso que te tiene loquita.

Normalmente siempre nos fijábamos en el chulito del grupo y, por lo general, él pasaba, se liaba o intentaba liarse con alguna de tu grupo, hacía comentarios inadecuados, etc. Pero no importaba, estábamos convencidas que era el hombre de tu vida, al final él se daría cuenta y vendría a decírtelo, reconocería que siempre te había deseado y que se moría sin ti. Cuando llegara ese momento, ahí estaríamos, esperándole. ¿Qué más daba que hubieses perdido esos maravillosos años detrás de ese ser o del que luego ocupó su lugar o de todos aquellos de los que estuviste locamente enamorada pero que nunca llegaron a nada?

En mi charla me sorprendió que pese a los años y a haber dejado atrás la locura adolescente hay cosas que no cambian. Nunca había hablado de temas así con estos compañeros. Cada uno proviene de una provincia, cada uno tiene su forma de vida, cada uno tiene un grupo de amigos definido,..., sólo tenemos en común el rango de edad.
La sorpresa fue que cuando una expuso su situación sentimental hubo un retorno a los quince años. Fue como mantener una conversación del pasado.

¿Por qué somos así? En este caso generalizo a las mujeres porque se da en mayor medida en nosotras. ¿Por qué seguimos creyendo que nuestro hombre ideal es ése que casualmente es el que peor se ha portado? ¿Por qué no reaccionamos y pasamos de él?
Sé de más de una que debería ser fuerte y mirar más allá de ese que la tiene embelesada desde hace unos cuantos veranos y aún sigue por él. Si tú, sé que te sentirás identificada cuando leas ésto. Para eso estamos las amigas y amigos, debemos hacer la terapia de choque y obligar a superar estos "conflictos".

Espero que todas y todos fuésemos lo suficientemente fuertes para echarle coraje y pasar de esa persona, pagarle con la misma moneda. Seguro que hay alguien que sí merece nuestro tiempo y nuestra atención. Seamos fuertes.

Lo contrario del amor no es el odio sino la indiferencia (que verdad más grande!).

Este post parece un manifiesto feminista, para nada lo es. Sólo reivindico la dignidad de cada una/o y que no nos dejemos pisotear.

15 enero 2007




Carmen, mi Carmenchu

La primera vez que nos vimos fue en Trafalgar Sq en el verano de COU. Teníamos una compañera común, Begoña, que fue quien nos presentó. Pero aquel primer encuentro fue muy breve y Carmenchu apenas lo recuerda.

Nos volvimos a ver un mes y pico después, el primer día de carrera, el destino quiso que eligiéramos la misma carrera y nuestros padres nos dieron un mismo apellido con lo que caímos en la misma clase. Entonces me acerqué a ella y le dije “yo a ti te conozco”, de primeras no se acordaba de mí pero luego hizo memoria y cayó. En ese momento comenzamos a hablar y poco después nos hicimos amigas.

Nos sentábamos juntas y pese a que compartíamos fila con otros compañeros pero era evidente que nosotras éramos amigas y confidentes.

Ya he dejado claro en alguna ocasión mi predisposición a ejercer de celestina. Con Carmenchu no podía ser menos. Entre los integrantes de la fila estaba José María. Veía claro que entre ellos había cierta atracción pero los dos eran demasiado cortados para dar ese paso que les faltaba. Hice mi labor, lo que cualquier casamentera que se precie habría hecho. Yo planeé la cita de la noche que empezaron, quedamos para ir al cine y cuando acordamos el sitio y la hora dije que no podía ir porque esa tarde me iba al pueblo. El siguiente lunes me pusieron al corriente, ya había surgido.

Hemos compartido momentos buenos y momentos malos. Supongo que es en éstos donde más se necesita ese pañuelo en el que llorar. Carmenchu siempre, siempre ha estado ahí, al pie del cañón.
Superamos juntas la ruptua de nuestras sendas relaciones, primero se rompió la mía y luego la suya.

Fui testigo muda de sus comienzos con Jesús, hoy su marido. No me considero una persona vergonzosa pero Carmenchu me hizo pasar uno de los momentos más duros de mi vida, fui dama de honor en su boda. Yo pensaba que esas cosas ya no se estilaban pero parece ser que sí. Fue todo un honor, nunca mejor dicho, que se acordara de mí y que me lo pidiera. Me quedo con eso y no con el hecho de ir subida en los tacones, que utilizo tan poco y tan mal, y de llevarle las arras hasta el altar.
Son tal para cual, pese a que a ella no le gustan las motos y que no creo que Jesús la convenza para ponerle al niño Danipedrosa, son una pareja respetable, respetuosa entre ellos y a respetar y admirar por los demás.

La calidad de los amigos también se mide por el grado de involucrarse que puedan tener en tus asuntos. Hay un límite entre involucrarse a la vez que te preocupas por ese alguien y entrometerse. Carmenchu siempre se ha involucrado en mi vida. Para mí es un orgullo saber que puedo contar con sus consejos y que pese a ser mi amiga va a ser objetiva conmigo. Hay momentos difíciles donde se pueden decir dos cosas: lo que la otra persona quiere escuchar y lo que tú piensas realmente. Hay que ser valiente y buena amiga para decir lo que se piensa sabiendo que puede resultar doloroso.

En mi última visita a Sevilla supe de una noticia muy dura, de esas que duelen por dentro y que no de amoríos precisamente. Y ella volvió a estar ahí,al pie del cañón, como siempre, como también lo estuvieron Andrew y Mary-Light.

Pero no solo la tengo en los momentos duros, también está para los momentos dulces. Hemos compartido muchas confidencias, algunas muy buenas de esas que sólo se cuentan a un número reducido de personas, a una o ninguna. Aún recuerdo el día que le mandé un mensaje que ponía algo así: “felicítame, ya tengo una amiga con la carrera terminada”, noticias como esta sólo te las pueden dar una vez en la vida y supongo que serán de las que no se olvidan.

Todavía no conoce a Nacho, así que a mi novio le queda pasar esta prueba. Conociendo a ambos estoy casi segura que se caerán bien.


Por circunstancias de la vida he conocido mucha gente. Carmenchu es educada, respetuosa, cariñosa y muchas cosas más y, por si todo esto no fuera poco, es sin duda alguna de las personas más inteligentes que conozco.

Pese a los cambios que hemos tenido en nuestras vidas, al tiempo que ha pasado desde que entramos en la escuela y a la distancia que ahora nos separa, ese día nos hicimos amigas, a día de hoy seguimos siéndolo y espero que para siempre.

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