murciélagos en la ventana

Esta página supone un cambio de etapa y quiere reflejar el antes y el después de esos maravillosos años. Me gustaría hablar de un gran tesoro, mis amigos, y esta es una forma original de inmortalizarlos.

24 julio 2011

Miami





Miami


Como todo últimamente, este post llega con un poco de retraso. Pero llega.

Ahora que estamos en verano, que media España está de vacaciones y la otra mitad está pensando en ellas, voy a contar un viajecito. Destino: Miami.

Hubo un pero, pero este pero no fue culpa de la organización ni de nosotros. Se alinearon los planetas y nos tocó la parte menos buena.

Empecemos por el principio. Lunes 13 de junio, 9 am, llegada a Barajas. El vuelo con destino a Miami salía a las 12:30. Cinco pasajeros llegaron tarde, se despistaron o se les fue el santo al cielo, conclusión, salimos con unos 45 minutos de retraso.
Cuando estábamos llegando a Miami nos comunicaron que nos desviaban a Orlando por adversidades meteorológicas (tormenta de verano). En Orlando estuvimos unas dos horas. Repostamos y, sin haber bajado del avión, volvimos a Miami.
Era un vuelo corto, menos de una hora. Cuando estamos llegando por segunda vez a Miami notamos que el avión en vez de bajar subía. El comandante nos comunicó que el presidente Obama estaba en Miami y habían cerrado el aeropuerto por motivos de seguridad. Increíble pero cierto.
Vuelta de nuevo a Orlando.
Tras pasar el tedioso control de entrada (casi me detienen por un sello de mi pasaporte) y la recogida de maletas (no es lógico que teniendo Disney allí el aeropuerto tenga esas cintas de salida de maletas), finalmente hicimos el trayecto Orlando-Miami en autobús, cuatro horas más.
Resumiendo, cuando llegamos a la habitación del hotel habían pasado 25 horas desde que llegamos a Barajas. ¡Ahí es nada!

Corriendo un tupido velo sobre el viaje en sí centrémonos en la estancia.

Día 1. Recorrido en bus por puntos/barrios característicos de la ciudad, Downtown que incluye Brickell Avenue, Coconut Grove, Coral Gables, Little Havana,…, así como el famoso Ocean Drive de Miami Beach.
Lo mejor fueron las vistas del skyline.




Día 2. Paseo en barco por los canales. Vimos un montón de casas, cada cual mejor que la anterior y peor que la siguiente. Sinceramente, que nos dijeran que Fitipaldi, Matt Damon o Gloria Stephan vivían ahí, nos era totalmente indiferente. Las vistas en algunos momentos fueron espectaculares.



Día 3. Fuimos a un rodeo americano. Quizá nos faltaba un poco de conocimiento en el tema para valorar mejor el mérito de los vaqueros. Pero hay que reconocer que le echaban ganas.






Día 4. Visita al Parque Nacional de los Everglades. Subidos en un hidrodeslizador o airboat nos dieron una vuelta por el parque. Impresiona muchísimo ver a los aligators tan cerca. Fue de lo mejor del viaje.
Después visitamos uno de los outlets más grandes de EEUU, Sawgrass Mills.







Día 5. Gala de despedida con concierto de Gloria Gaynor. Todavía me emociono al recordar cómo canta esta mujer. Una leyenda viva.




Día 6. Jornada de viaje con susto incluido. Se nos perdió la carpeta donde iban los pasaportes a la salida del hotel. Afortunadamente hubo alguien que fue más rápido que nosotros y nos los hizo llegar en el aeropuerto.

Todas estas actividades fueron simultaneadas con otras, visitas a la playa, a la piscina del hotel y al spa.




Miami en sí no es un destino turístico tal y como yo lo entiendo pero si te organizan una semana como ésta, la cosa cambia. Todos tenemos un precio y el relax es un buen aliciente.

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