De crucero por el Mediterráneo

¡Cómo cambiamos con los años! Tal día como hoy el año pasado estábamos de vuelta de un fin de semana caluroso, eso sí, en Córdoba. Nos pilló una ola de calor espectacular. Y todo por acompañar a Sonia a una boda. Lo que yo decía: nos sacrificamos por ella.

La cuestión es que este año han cambiado el calor sofocante de la judería de Córdoba, cosa que no está mal visitar pero es aconsejable ir cuando no sea verano ni haga 37º a las once de la noche, por un placentero crucero por el Mediterráneo.

Con todos mis respetos para los cordobeses, es mejor en julio irse en un barco sin atascos, sin sofocos (o al menos pudiendo evitarlos), visitando tres países,...
Y mientras Sonia, Antonia, Nikita Tere y Merche están por esas aguas bajo la atenta mirada del patriarca del grupo, o sea, nuestro Giuseppe alias José Mª, otras esperamos ansiosamente noticias.

Un notario, dos notarios, tres notarios, cuatro notarios... ¡queremos saber!

Espero que le hagáis hecho caso a Nacho con el dichoso tema porque la charla me la llevo yo cada vez que sale el tema de vuestro crucero.

Y pasadlo bien. La semana que viene quiero ver fotos.